Este tapón hace que la transpiración no pueda alcanzar la capa más externa de la piel. Además, el cloruro de aluminio previene el crecimiento de hongos y bacterias. A lo largo del tratamiento la glándula se va adormeciendo y la producción del sudor se detiene.
Sin embargo, el cloruro de aluminio presenta un inconveniente: en combinación con el agua presente en el sudor puede ser un fuerte irritante de la piel y dañar la ropa, haciendo incómodo el tratamiento. Por eso, a los antitranspirantes se les añade también lactato de aluminio, un ingrediente que consigue eliminar ese efecto irritante y hace posible su uso en pieles sensibles.
Antitranspirantes: la sudoración excesiva se puede controlar con antitranspirantes fuertes, los cuales taponan los conductos sudoríparos. Los productos que contienen del 10 al 15% de hexahidrato de cloruro de aluminio son la primera línea de tratamiento para la sudoración en las axilas. A algunos pacientes se les puede prescribir un producto que contenga dosis más altas de cloruro de aluminio, que se aplica en las noches en las áreas afectadas. Los antitranspirantes pueden causar irritación de la piel y las grandes dosis de cloruro de aluminio pueden estropear la ropa. Nota: los desodorantes no previenen la sudoración, pero ayudan a reducir el olor corporal.